Patria

Se habla tan poco en comparación al tiempo que se piensa. Uno pasa a veces días enteros sin decir una palabra. Se mira al horizonte, se hojea un álbum de fotografías, se pasea rozando los muros, inmersos en un profundo monólogo interior y el diario de esta paciente maquinación de imágenes y sensaciones, recuerdos y fantasías, se expresa a través de un lenguaje tan efímero que parece casi intraducible. A este lenguaje hacemos referencia en este espectáculo dando voz a las reflexiones de un soldado dejado a custodia de una bandera y un prisionero, en una perdida posición de la línea de fuego. El soldado es mujer y clown al mismo tiempo, custodia y prisionero de una historia que cuenta mirando directamente a los ojos de un espectador privilegiado. “PATRIA” en efecto sigue la línea trazada por otros trabajos teatrales precedentes, todos imaginados para “un solo espectador”.

Esta es una forma teatral que estoy investigando, tratando de afirmar una peculiaridad que distingue nuestro arte de los otros y se manifiesta en la posibilidad que nos es dada de acariciar a nuestro interlocutor. Entre el material que hemos podido usar para contar esta historia, figuran grabaciones de cuando María era niña. Son el sonido de sus recuerdos. Estos sonidos cuentan de la patria que cada uno lleva dentro.

Daniele Finzi Pasca, 1996

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